La Consejería de Medio Ambiente, cuyo cometido es la defensa de la naturaleza, reconoce en su web,www.jcyl.es- Consejería de Medio Ambiente-, que se está envenenando el campo en todo el territorio de tal manera que el resto de la fauna puede tener acceso al veneno.
En las recomendaciones de la Junta para la caza en la media veda nos aconsejan poner bozal al perro para que no se envenene, cuando cualquier lego en la materia sabe que sacar un perro a cazar con bozal, aparte de ser una tortura para el animal porque no transpira, no es de ninguna utilidad porque no puede cobrar.
Por otra parte, hablando de venenos, en Palencia se acaban de cerrar varios cotos de caza por hallazgo de especies envenenadas, siendo en un caso el propio guarda del coto el denunciante de estos hechos, amparándose la Junta oficialmente, sin fundamento alguno a nuestro entender, en que esta medida es necesaria para recuperar la fauna, cuando en realidad es simplemente una sanción encubierta contra el coto, también sin motivo.
El veneno encontrado en el campo es, en el 90% de los casos, de origen agrícola, y utilizado muchas veces sin control para solucionar problemas en cultivos, como el ALDICARB, insecticida que aún se utiliza en la práctica y es tremendamente letal.
Se ha pedido muchas veces por esta Federación que se controlen y se recojan estos productos fitosanitarios porque su tenencia está dando lugar a estos malos usos.
Si la Junta sabe que ahora todos los campos están envenenados, ¿por qué no se veda la caza en toda la región, incluidas las Reservas Regionales?, ¿es porque hay unos venenos malditos y otros benditos?
Las medidas que se están adoptando para controlar la plaga de topillos que afecta al campo en estos momentos, están alterándolo brutalmente, convirtiéndolo en un cementerio cuyas consecuencias a medio y largo plazo son imposibles de cuantificar en daños a la fauna, la desaparición de todo tipo de cobertura que pudiera servir de refugio y la desaparición de la comida en su estado natural. Los alimentos tratados y envenenados para control de la plaga y las quemas de rastrojos no harán sino agravar los daños que los topillos estaban haciendo a la agricultura y extenderlos a todos los medios naturales que están pagando las consecuencias de un desastre medioambiental con sus vidas.
Quemar una parcela o limpiar una cuneta es enviar a los topillos hacia el regadío, y allí producirán mas daños que los del secano, siendo además más difícil controlar su número.
El arado profundo es la única medida ecológica, inofensiva y efectiva a utilizar, lo demás es jugarse el equilibrio ecológico a cara o cruz.
Estamos avisando desde hace mucho tiempo de las consecuencias que traería el uso del veneno en nuestros campos, mucho antes de que la Administración pusiera en marcha estas medidas, antes de las denuncias de grupos ecologistas, cuando empezamos a ver los derroteros de agricultores y palos de ciego de la Administración. Ahora, cuando la Junta, ante la apertura de la media veda, recomienda examinar a los animales cazados por si en el buche tienen grano coloreado no consumirlos, nos queda el exigir, con la autoridad moral de ser los que pagamos por aprovechar la caza, todas las medidas ambientales, normas y prácticas agrícolas para preservar la caza, y también exigir que quien las incumpla indemnice en su justo valor el esfuerzo, tiempo y dinero gastado en nuestros cotos de caza, porque ya está bien de pagar y no recibir nada a cambio, tanto por parte de los agricultores como de la Administración.
La Federación se dirige a todos los cazadores para que nos comuniquen si en su coto se ha vertido veneno contra los topillos sin control (a boleo), para tomar las medidas que se consideren, incluidos la denuncia a los Juzgados si es necesario.
También pedimos a los cazadores que denuncien al Seprona (Guardia Civil), cualquier hallazgo de animales muertos en el campo y que se nos comuniquen también estos sucesos.
Con el inicio de la media veda, un fenomenal año de cría puede irse al traste con lo que está ocurriendo en el campo. No nos conformemos y alcemos la voz. Reclamemos para hacernos oír como lo que somos, cazadores deportivos respetuosos con el Medio, y que San Huberto proteja a nuestras especies de tantas agresiones.
Tolerancia cero contra el veneno en el campo, sí, pero contra todo tipo de veneno y contra todos los que lo utilicen.
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